Oculto en el corazón (Enamorados) (Spanish Edition) by Callum Brianna

autor:Callum, Brianna [Callum, Brianna]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2012-04-02T06:00:00+00:00

***

Efectivamente, Julianne no había tenido ninguna cita. Una vez en el taxi, no había sabido a dónde ir, y sólo había indicado al conductor que doblara inmediatamente en la esquina y que se alejara del lugar. Después de dar algunas vueltas sin rumbo fijo, había dado la dirección de un bar. Allí se había sentado junto a la barra y había pedido una copa, luego otra, y otra. No estaba acostumbrada a beber alcohol, pero en ese momento, ¡Dios sabía que lo necesitaba!

Entre cada trago, Julianne pensaba y pensaba, y cada uno de sus pensamientos inevitablemente giraba en torno a Germain. El alcohol no aclaraba sus dudas y, aunque exprimía su mente en razonamientos que pretendía fueran fríos, seguía sin hallar la explicación al comportamiento ambiguo de su jefe, o mejor dicho, ex jefe, puesto que lo único que tenía en claro, es que renunciaría a la firma Le Blanc & Le Blanc.

El momento había llegado.

Mucho más rápido de lo que ella hubiese deseado, pero había llegado…

Julianne pensó en su familia. Si renunciaba a Le Blanc & Le Blanc perdería el generoso sueldo que cobraba mensualmente, por ende, no podría hacerse cargo de una renta, mucho menos enviarles dinero a ellos. Tal vez era tiempo de decirle adiós a París, y de regresar a Concarneau, a la casa familiar. Allí podía alquilar un sencillo local e instalar su propio bufet. Su ciudad natal seguramente necesitaría de egresados en leyes tanto como Paris… El pensamiento era un triste consuelo. Quiso esbozar una sonrisa irónica, pero era tal su tristeza, que ni de ello fue capaz.

—Sírvame otra, por favor —pidió al mesero.

Si Germain reconociera que entre ellos ocurría algo especial, ella no tendría que irse de París…

—¿¡Es que él no se da cuenta!? —Preguntó exasperada, exteriorizando sus pensamientos.

El mesero se encontraba a corta distancia repasando el mostrador con un trapo, por lo que había alcanzado a oírla. Detuvo sus movimientos, y luego se acercó más a Julianne.

—¿Me hablaba, señorita?

—¿Eh? —Preguntó confundida, mientras alzaba la vista, que hasta ese momento había estado fija en su copa a medio vaciar, como si hubiese buscado allí dentro todas las respuestas.

—La oí hablar, y le preguntaba si se había dirigido a mí, señorita —aclaró el hombre, un cuarentón de cabello negro en el que resaltaba el plata en sus sienes, y de mirada bonachona.

—¡Oh, no, señor! Debo haber hablado en voz alta. Yo sólo… sólo, pensaba.

Pensaba en que era imposible seguir negando la atracción que había entre ella y Germain. Atracción demasiado fuerte y poderosa. Pero eso no podía decírselo al barman.

—Olvídelo, ¿sí? —Le pidió. Él asintió.

—¿Desea que le pida un taxi, o tal vez que llame a algún amigo para que venga por usted? —El hombre sonaba preocupado, y no era para menos. La chica ya había vaciado varias copas de coñac, y seguía pidiendo más. A ese paso, en un rato estaría como una cuba sin poder mantenerse siquiera en pie.

—No, no… —rebuscó en su cabeza. Las palabras jugaban a las escondidas detrás de una nube con olor a alcohol—.

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